Antes del covid, América Latina y su ecosistema de startups generaba grandiosas noticias a diario: enormes rondas de inversión, nuevos unicornios, ideas que cambiarán la cara de la región. Ser emprendedor era un sueño.
América Latina se convirtió en el séptimo mercado en inversiones tecnológicas con más de 33 mil startups, según un estudio de la brasileña Distrito y Softbank. De esas, 62 por ciento está en Brasil y 11.7 por ciento en México.
La pandemia trastocó el brillo. Llegaron los fracasos, la consolidación, las quiebras y hasta los escándalos, como el de Sam Bankman-Fried, fundador de la plataforma de criptomonedas FTX, hoy en prisión por fraude y conspiración.
Fundar una startup no es tan atractivo cuando el dinero no llega con facilidad.
En 2021, el capital de riesgo invertido en empresas en América Latina fue de casi 16 mil millones de dólares, según The Latam Tech Report 2023, publicado ayer por Latitud. En 2022 no llegó a los 8 mil mdd y para el tercer trimestre de 2023 el monto va en 2 mil 745 mdd, mucho menos a lo visto en 2019 y 2020.
El dinero escaseó y el número de startups que recibieron capital creció. En la región se fondearon mil 777 empresas en 2021, luego 2 mil 393 en 2022 y van 2 mil 612 en los tres trimestres de 2023. Solo en México, muestra Latitud, se invirtió en 323 empresas en 2021, 448 en 2022 y, en lo que va del año, 475 startups obtuvieron una ronda de capital.
La lección más poderosa fue la urgencia por la eficiencia en los recursos. Había que ser fuertes y todos se vieron obligados “a hacer más con menos, y sabiendo que solo los mejores sobrevivirían y prosperarían, ampliaron su capacidad de concentración”, indica Latitud.
El ecosistema sigue creciendo, pero nada es como antes. La mayoría de los fundadores e inversionistas entrevistados por Latitud coinciden en que levantar capital en 2023 fue mucho más complejo que en 2022 y sigue a años luz de lo logrado en 2021. No obstante, al pensar en 2024 hay optimismo, dicen que no puede ser peor que este año. El mercado de startups en América Latina camina hacia la madurez, dicen, y presentará oportunidades. Los dos mayores obstáculos son la educación del cliente y creación de hábitos digitales y la falta de financiamiento, sobre todo cuando las empresas quieren crecer.
“Transformar América Latina no es una carrera, es un maratón. Es momento para mirar los mapas, trazar las mejores rutas, recuperar el aliento y reiniciar la escalada”, afirma Latitud.
El ecosistema llama ahora a los más resilientes, a los que saben manejar la frustración y tienen inteligencia emocional, a los que no le tienen miedo al trabajo, a quienes les inunda la pasión, saben contar una historia y operar con poco dinero, a los resistentes. Fundar una startup era muy sexy, hoy es un ejercicio para los sabios.