ARTE
El dibujo natural como fantasía
Factoría de Arte acoge especulaciones de cuatro artistas sobre cómo podría mostrarse una intencionalidad homoerótica en las academias clásicas

Academias parte de una pregunta de su comisario David Trullo : ¿en qué medida las academias, los dibujos de modelo del natural de carácter meramente didáctico que se realizan en las escuelas de arte desde el siglo XVI, pudieron tener ... un cierto público homosexual , un cierto mercado, especialmente durante el periodo académico por excelencia, en el XIX?
Imposible contestar
Confieso que no puedo responder a esa pregunta –tampoco lo hace, ni lo pretende, el comisario–, pero se me ocurren dos cosas: primero, que es harto probable que ese tráfico –el de desnudos femeninos sí está documentado– se haya producido desde el Renacimiento hasta la irrupción de la photo de charme en los años veinte o las revistas Beefcake en los cincuenta ; y segundo, que su comercio habría sido tan discreto que ningún historiador podrá jamás contestar.
La exposición de Factoría parte de dos academias, un grafito de Gaya de 1931 y un carboncillo firmado por Louis David en 1801. Estas se contraponen a las especulaciones de cuatro artistas sobre el modo en que podría mostrarse la posible intencionalidad homoerótica de algunos de estos ejercicios clásicos. El más literal es Javier Marín (1972), que presenta cinco óleos –dos buenos autorretratos, un excelente estudio de espalda– y varios apuntes a la acuarela; pero ni en la mayoría de sus estudios, ni en los de Jean Carlos Puerto (1981) se percibe una intencionalidad erótica clara: los cuerpos de este último aparecen sumergidos en el agua, quedando sus cabezas ausentes, difuminadas; hay una cierta sensualidad en ellos, pero a pelarían más al bienestar físico que a la sexualidad.

Los dos fotógrafos, Gonza Gallego (1991) y Mano Martínez (1969), se centran más en la relación entre academia y erotismo. El primero presenta unos impecables detalles de la musculatura masculina , bajo una luz puntual y frente a esos fondos neutros, verdosos, del aula decimonónica.
En Estudio 2 , experimenta con la pose femenina logrando una imagen inquietante que destapa la arbitrariedad del discurso secular sobre el género . Un asunto que también aborda Martínez en obras como Nico , donde el personaje aparece envuelto en velos blancos. Son estas imágenes algo más explícitas, aunque todos los personajes aparecen tapados, porque el artista introduce en la pose académica detalles que la perturban y alteran su significado.
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