Cómo
La planta fácil de cuidar, que florece todo el año y es perfecta para el hogar
Requiere de mucha luz y abono suficiente.
Las plantas son un elemento de decoración que a muchas personas les gusta tener en sus hogares. Las hay de todo tipo, tamaño y color. Unas a las que se les otorgan beneficios energéticos y otras que se encargan de adornar y dar luz a los lugares en los que hacen presencia.
Una de ellas es aquella que se conoce como “alegría de la casa”, llamada científicamente Impatiens walleriana. Se dice que es muy fácil de cultivar, agradecida y uno de sus grandes atributos es que florece todo el tiempo. Es una buena opción para tenerla tanto dentro del hogar como en el jardín. Es muy utilizada en jardinería exterior y existen diversidad de variedades con portes y colores de flor distintos, entre ellos, rosados, púrpuras, violetas, naranjas, rojos y blancos.
Se dice que su capacidad para producir flores de manera constante está relacionada con su metabolismo rápido y la facilidad con la que genera nuevos brotes, por lo que se constituye en una alternativa viable cuando se trata de mantener el jardín o el interior de la casa coloridos.
El portal Hogarmanía indica que es una planta de fácil mantenimiento. Por ejemplo, si se cultiva en exterior, lo ideal es hacerlo en una exposición de semisombra, evitando el sol directo del mediodía que marchitaría sus flores. Si, por el contrario, está en un área interior, es importante que tenga mucha luz, evitando siempre el sol directo.
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Si no tiene suficiente luz, a pesar de tener capullos, la planta no termina de abrirse y deja de florecer. Además, la falta de luminosidad hace que crezca descompensada y carente de color. Dadas sus características, estas plantas son ideales para tener en balcones y terrazas, pero no expuestas a temperaturas demasiado bajas, pues no las soportan.
Riego de la alegría de la casa
En lo que tiene que ver con el riego, tanto en interior como en exterior, debe ser abundante, ya que las alegrías exigen una tierra que esté siempre húmeda. Por lo tanto, es importante regarlas de forma regular, pero evitar los encharcamientos. El número de veces que se les debe echar agua en la semana depende de las condiciones del clima, pues si hace mucho calor, lo ideal es que sea dos o tres veces por semana.
En cuanto al abono, las alegrías de la casa son muy vigorosas y con frecuencia agotan los nutrientes disponibles en el sustrato que debe ser rico pero ligero. La falta de abono hará que las hojas se pongan amarillas y que reduzca considerablemente la creación de nuevas flores.
Así las cosas, la recomendación es que transcurrido un mes desde que se trasplanta, se debe abonar cada semana con un abono líquido de floración que se mezcla con el agua del riego. Esto permitirá que la mata no deje de florecer en ningún momento.
Un aspecto para destacar es que esta planta es muy sencilla de reproducir. Principalmente, se realiza mediante semilla, pero también se puede hacer con los esquejes. Para hacerlo de la primera forma, se recomienda hacer un semillero y trasplantar las plantas cuando ya tengan hojas.