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Arturo Calle dice que el pesimismo y la elevada carga tributaria tienen afectado al país. Quiere ser como los nuevos emprendedores
A sus 86 años, el líder empresarial asegura que “no le falta mucho para irse de este mundo” y que quiere que Colombia sea muy exitosa. No habla de política, pero señala que hay que esperar a que llegue el cambio de gobierno para ver qué va a pasar.
La firma Arturo Calle, una de las más grandes del sector textil confección del país, tiene entre sus metas estar presente en los principales canales de comercialización. Por eso, cuenta con 100 locales, muchos de ellos en los centros comerciales de mayor tráfico y recientemente hizo una alianza con Mercado Libre, para abrir su tienda oficial en ese marketplace.
El día que se anunció esa nueva vitrina virtual, que se suma al e-commerce de la cadena de ropa nacional, su fundador Arturo Calle, tuvo tiempo para hablar con SEMANA. Esta es la conversación:
SEMANA: ¿Cómo estuvo 2024 para su compañía?
ARTURO CALLE (A.C.): Honestamente, tanto en el caso de nosotros, como de lo que les he escuchado a mis colegas: tuvimos el mejor diciembre de toda nuestra historia. Eso me lo han dicho en supermercados, en el sector automotriz. Para la firma Arturo Calle fueron históricos diciembre y noviembre, gracias a mi Dios. Nos fue tan bien que nos faltó producto porque no creíamos que los resultados fueran tan exitosos y creo que en 2025 vamos a poder seguir así, siempre que mantengamos el respeto al cliente y a los empleados, precios y utilidades justas, no exageradas; buena calidad, buena exhibición y buen merchandising.
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SEMANA: ¿Ese buen cierre de 2024 ayudó a compensar el bajo desempeño de la primera parte del año?
A.C.: Los últimos cinco meses fueron muy exitosos y compensaron los primeros seis, que fueron meses negativos para la mayoría del comercio, con cero utilidades e incluso pérdidas en algunos casos. Lo que le está haciendo un daño muy grande al país es que los empresarios honestos, que no evaden, se les está yendo 70% de lo que producen entre impuestos nacionales y departamentales. Eso no lo aguanta nadie y hace que la gente esté retirando su dinero, pues tienen claro que de seguir así se van a quebrar. Yo ya tengo el mueble listo, ya me voy a ir de este mundo, no me falta mucho, pero yo sí quiero que el país sea muy exitoso. Mientras aquí no se corrija la evasión, poniendo precios justos, aquellos que no evaden y que no tienen ningún tipo de prebendas, van a llegar un momento en que se van o tienen que cerrar sus negocios o se quiebran.
SEMANA: ¿Qué tanto pesan esas condiciones en su negocio?
A.C.: Es que un 70% entre impuestos nacionales y departamentales es gravísimo. Pregúntele a cualquiera si montaría un negocio donde llegue un socio y le diga ponga sus conocimientos y el capital, yo no pongo nada, pero usted entrégueme el 70% de las utilidades y en efectivo porque no le acepto bienes ni le acepto nada. Eso vuelve imposible hacer negocios. Es un tema que mis hijos y yo vemos todos los días con una gravedad impresionante. Aclaro que no es una problemática de este gobierno, sino que lleva muchos años y es como si el Gobierno le dijera al contribuyente, si no evadiste, te quiebro. Gravísimo, gravísimo.
SEMANA: Es un desincentivo muy grande…
A.C.: Es que esos niveles de impuestos llevan a evadir y eso no es negocio para el país. El negocio es que haya dinero para desarrollo. Para acabar la evasión hay que decirle al contribuyente: yo soy justo como Estado y usted como privado también sea justo, cobrando lo justo. Por esta situación se está yendo mucho capital. Si uno lleva toda la vida siendo honrado, pagando impuestos, prefiere no quebrarse, sino trasladar su capital a países donde cobran 25% o 30% de impuestos; donde no hay anticipos sobre la renta, ni impuesto al patrimonio, ni industria y comercio, ni prediales elevados. Este último impuesto en vivienda cobra lo que verdaderamente vale el inmueble, pero en la parte comercial e industrial es aterrador. El negocio no es quitarle al que produce, sino ayudarle a que produzca más, para que se desarrolle, dé más empleo y pague más impuestos. Sin embargo, eso no es lo que está ocurriendo.
SEMANA: Hoy estamos en un ambiente de mucha negatividad y usted sabe que eso afecta a la economía, de hecho, muchos empresarios tienen quietas sus inversiones esperando a ver qué pasa. ¿Usted también?
A.C.: Ese negativismo es de lo más dañino y como empresario implica quedarse atrás. Los nuevos emprendedores sí están produciendo. Ellos son más optimistas y lo que están haciendo es muy grande, lo alcanzan a uno, lo superan y ahí es cuando lo entierran a uno. De hecho, quiero felicitar a todos los nuevos emprendedores por su trabajo.
SEMANA: En resumen, hay que ser positivos…
A.C.: Sí, el que ve el mundo así es joven, tiene energía y en un momento lo pasa a uno y lo entierra. Yo le tengo fe a 2025, este país es un país muy importante, por su riqueza y su gente. Si nos vamos a otro país, a los dos o tres meses nos estamos regresando. Sigamos creyendo en Colombia.
SEMANA: ¿En la coyuntura actual tiene, entonces, una visión optimista de Colombia?
A.C.: Yo no hablo de política, porque puede que a unos les guste y a otros no. Y yo prefiero que todos me quieran. Si uno anda pesimista, amanece todos los días mal, con problemas. Si cada que converso con alguien el tema es el mismo, el del pesimismo, todo se va contaminando y no vamos a encontrar una solución. Un país bueno como este, donde guste o no, el Gobierno no durará más de año y pico, lo mismo que todos los gobiernos, lo que hay que hacer es esperar a ver qué pasa con el siguiente; esperemos a ver quién llega y cuáles son los resultados. Ese pesimismo tan impresionante que uno escucha nos está matando, sino a mí, a muchos colombianos.
SEMANA: Se vuelve el único tema…
A.C.: Claro y así el que va a gastar prefiere no hacerlo que por la situación del país. Necesitamos que sean optimistas y digan, ‘esto continúa, quiero comprarme tal cosa y voy y me la compro’.