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“La Educación en Colombia debe ser más que solo infraestructura”: Alejandro Gaviria
El exministro de educación y otros expertos analizaron las necesidades actuales del sector en el país. Reducir la brecha de acceso es una de las grandes tareas pendientes.
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Alejandro Gaviria, exministro de Educación
“En educación, al contrario de lo que ocurre en otros sectores, en los cuales existen desafíos coyunturales y crisis agudas, los desafíos tienden a ser de mediano plazo, más estructurales. Si tuviera que señalar uno solo, el más importante para 2025 sería la Ley de Competencias, que debe tramitarse en el Congreso de la República. Esta ley tendrá un impacto sustancial sobre el futuro de la educación pública. El aumento de la cobertura de educación inicial –hoy concentrada en los grandes centros urbanos– dependerá de lo que se decida en esta ley. La ley también determinará la disponibilidad de recursos para educación superior y calidad en buena parte del país.
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Hay otro desafío importante que a su vez es una oportunidad. El Gobierno actual priorizó la inversión en infraestructura pública universitaria. Ha hablado incluso de aulas hechas en containers de manera transitoria para poder avanzar con rapidez en el objetivo de llevar la educación superior a muchos municipios donde no existe. Pero el énfasis en infraestructura está dejando de lado aspectos esenciales: los profesores, la conexión con la educación media, la conversación con las comunidades sobre la pertinencia, etcétera. Si la construcción de sedes universitarias, en la que se están invirtiendo billones de pesos, no se hace bien, si no se concibe como un proyecto educativo integral, muchos recursos serán desperdiciados. La educación superior, sobra decirlo, es mucho más que infraestructura”.
Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional
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“Es difícil señalar un solo reto en la educación para 2025, ya que son múltiples y complejos. Existen retos históricos que siguen sin resolverse, como la cobertura educativa y la calidad de la enseñanza. A pesar de los esfuerzos en expandir la cobertura, las desigualdades persisten, especialmente en áreas rurales y en la calidad educativa que se ofrece. El reto de la equidad es fundamental, ya que la educación que reciben los estudiantes varía enormemente, lo que repercute en sus oportunidades de desarrollo. Por ello, es imprescindible abordar la calidad como un componente esencial de la equidad, pues aún hay miles de estudiantes que no reciben una educación suficiente o adecuada para su futuro.

El objetivo final debe ser lograr una educación más equitativa y de alta calidad, lo cual requiere un enfoque integral y reformas estructurales. Si bien el sistema educativo ha centrado esfuerzos en la cobertura, la formación docente y la infraestructura, estos son solo aspectos parciales de la solución. La educación técnica debe ser también un pilar, pues ofrece opciones valiosas a quienes no siguen el camino universitario tradicional. La desigualdad entre la educación pública y la privada es uno de los mayores obstáculos, especialmente cuando se comparan colegios y universidades de alta calidad con aquellos cuyos resultados son preocupantes, como los índices de estudiantes que no entienden lo que leen al terminar la educación básica. Esta disparidad subraya la necesidad de mejorar la calidad en todos los niveles educativos”.
Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes
“La educación del futuro debe adaptarse a los grandes desafíos globales, como los avances tecnológicos, el cambio demográfico y la necesidad de equidad. A nivel global, las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y los análisis de datos, están transformando los modelos educativos, ofreciendo métodos más personalizados y flexibles. Sin embargo, el acceso a estas herramientas aún es limitado en algunas regiones, lo cual perpetúa las desigualdades. En América Latina, las brechas educativas se incrementaron con la pandemia, lo que evidencia la necesidad urgente de políticas públicas que ofrezcan soluciones inclusivas.
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En Colombia, uno de los retos más significativos es la financiación de la educación superior, especialmente con la Ley de Gratuidad y la transferencia de recursos a universidades públicas. Si bien el Gobierno ha incrementado el apoyo a las universidades públicas, el número de cupos no ha sido suficiente para cubrir la demanda, lo que deja a una gran cantidad de jóvenes fuera del sistema educativo. Además, el sistema de financiación a través del Icetex enfrenta restricciones que complican el acceso a la educación para aquellos en universidades privadas. Una oportunidad clave radica en potenciar la educación técnica y tecnológica de alta calidad, ya que el 28 por ciento de los jóvenes colombianos no estudian ni trabajan, lo que representa un desafío para el futuro del país. Este vacío puede ser aprovechado mediante programas de formación que no se limiten a carreras universitarias tradicionales, sino que ofrezcan alternativas en áreas como audiovisuales, turismo y oficios, fundamentales para el crecimiento económico y la productividad del país”.
Guillermo Murillo, rector de la Universidad del Valle
“El principal desafío de la educación en Colombia radica en la ampliación de la cobertura y en llegar a todos los territorios, especialmente a los más alejados. Aunque en los últimos años los presupuestos para educación básica, media y superior han aumentado, los recursos siguen siendo insuficientes para atender la diversidad de necesidades en todo el país. Además, persisten retos significativos en términos de calidad e infraestructura educativa, que limitan las oportunidades de aprendizaje de muchos estudiantes. Esto subraya la necesidad de un enfoque integral que permita cerrar brechas y garantizar condiciones equitativas para todos los niveles educativos.

Por otro lado, una de las mayores oportunidades del sistema educativo está en impulsar una reforma estructural que abarque aspectos curriculares, procesos de formación y el fortalecimiento de la calidad docente. Es esencial avanzar en la preparación y actualización de los maestros para que puedan responder a las demandas actuales de la educación. Este esfuerzo requiere de un plan estructural que integre acciones específicas para los niveles básico, medio y superior, orientado a mejorar cobertura, calidad, infraestructura y financiación del sector educativo”.
Mauricio Toro, expresidente del Icetex
“Uno de los grandes retos para 2025 es proteger el sistema mixto de educación superior, que durante años ha permitido a miles de jóvenes colombianos acceder a estudios universitarios. Actualmente, muchos estudiantes optan por universidades privadas porque no logran ingresar a una pública o porque estas no están disponibles en sus territorios. Mientras se avanza hacia la transición a la gratuidad, es fundamental garantizar mecanismos de financiación para quienes estudian en instituciones privadas, asegurando tasas razonables y un enfoque más humano en el crédito educativo. El compromiso del Gobierno con la universidad pública representa una oportunidad histórica para saldar la deuda acumulada en infraestructura y presupuesto, fortalecer su alcance y llegar a los territorios más apartados, logrando una cobertura más equitativa y efectiva.
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La meta es incrementar la proporción de jóvenes que acceden a la educación superior, pasando de 5,5 o 6 de cada 10 bachilleres a por lo menos 7 u 8 en los próximos años. Aunque llegar a 10 sería ideal, avanzar en esta dirección transformaría significativamente al país. Para lograrlo, se requiere una mejora integral en cobertura, calidad e infraestructura tanto en el sistema público como en el privado, junto con una financiación sostenible que permita mantener a los estudiantes en el sistema y evitar la deserción. Esto implica fortalecer la educación media, asegurar recursos suficientes para quienes ingresan a universidades públicas y garantizar infraestructura en los territorios. En resumen, el desafío no es solo aumentar el acceso, sino también garantizar la permanencia y el éxito académico de los jóvenes colombianos”.