Entrevista
Juntos de nuevo: Juan Pablo Raba y Cristina Umaña se reencuentran en importante proyecto ¿De qué se trata?
Juan Pablo Raba y Cristina Umaña conversan sobre su reencuentro en las tablas, su rol como padres y las difíciles preguntas a las que se han enfrentado en la vida.


Corría 2019 cuando se estrenó Distrito salvaje, la miniserie de Netflix. Juan Pablo Raba interpretaba a Jhon Jeiver, un exguerrillero que trabajaba de encubierto para investigar a un despiadado corrupto, y Cristina Umaña a la temida fiscal Daniela León. Luego, en 2022 llegó la adaptación de la novela de Gabriel García Márquez Noticia de un secuestro, de Prime Video, y otra vez el destino unió a los actores. Cristina fue Maruja Pachón, una de las periodistas secuestradas por los Extraditables, y Juan Pablo fue Alberto Villamizar, su esposo y también político.
Hoy, el destino, la amistad, la admiración y el talento los volvió a juntar, pero esta vez por fuera de las cámaras y la televisión. Ambos asumieron el reto de volver a las tablas en Respira, una obra de teatro inspirada en Lungs, del dramaturgo inglés Duncan Macmillan, y dirigida por Nicolás Montero.

SEMANA: ¿Cómo se gestó la idea de la obra de teatro?
Cristina Umaña: Estábamos en Madrid en medio de la gira de Noticia de un secuestro, y fuimos a un restaurante con Koldo, Mónica Fonseca, Andrés Wood, director de Noticia de un secuestro, su esposa y una productora argentina espectacular. Empezamos a hablar y de repente Mónica Fonseca nos dijo: “Ustedes deberían hacer una obra”.
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Juan Pablo Raba: En ese momento nosotros empezamos a analizar los prospectos de esa posible obra. Y todo esto mientras trabajábamos en otros proyectos. Empezamos a buscar obras e hicimos un chat en el cual compartimos ideas. Al inicio, nos estábamos yendo por el lado argentino, y un día de casualidad me encontré con Nicolás Montero, con quien además nunca había trabajado, pero que sabía que era un amante del teatro. Y le dije: “Oye, Nico, con Cris Umaña estamos pensando en una obra, ¿se te ocurre algún texto?”. Al final nos sentamos los tres a hablar, y Cristina le propuso a Nicolás que fuera él quien dirigiera la obra. Luego de que pasó la temporada de Prima Facie, que él dirigió, nos propuso el texto de Lungs, de Macmillan, y empezamos a trabajar en ese texto.
SEMANA: ¿Cómo se han sentido interpelados por la obra?
C.U.: Cuando hicimos esa primera lectura en inglés de la obra, recuerdo que llorábamos y llorábamos, y siento que siempre estuvo la certeza mutua de que queríamos contar esa historia. Juan Pablo se le midió a hacer la adaptación al español de Lungs y empezamos a trabajar. Han sido varios meses de intenso trabajo.
J.R.: El teatro te obliga a volver al origen y esta obra se presta para eso, porque solo somos nosotros dos, no hay nada más, en la obra no hay ningún tipo de artificio, de truco, todo es dos almas conversando sobre temas que les interesan a más almas. Incluso, me acuerdo en este momento de una frase de Antonio Banderas, quien en algún momento dijo que el teatro era un acto de rebeldía, especialmente en un mundo lleno de inteligencia artificial.

SEMANA: ¿A quiénes interpretan en Respira?
C.U.: Lo que pasa con Macmillan es que él crea un arquetipo de pareja de una mujer y un hombre en un mundo como el de hoy. Entonces es complejo hablar de personajes, porque ella no es un personaje como tal, es una mujer que pasa por todos los estadios en la vida. Empieza siendo joven en una relación de pareja en la que está profundamente enamorada, es una mujer muy intelectual, abanderada de muchas causas. Con el tiempo, ella empieza a enfrentarse con las ganas de ser madre y empieza a aparecer ese instinto de conservación. Me gusta que este texto refleja a una pareja nueva, a las parejas de hoy.
J.R.: Cris y yo venimos de una escuela muy parecida. Los dos somos muy juiciosos con el proceso de la creación del personaje. Cuando trabajamos en Noticia de un secuestro, creamos a esos personajes juntos con mucha profundidad. Ahora, en esta obra tuvimos que hacer una especie de reingeniería porque los personajes casi no existían. Nosotros estamos interpretando a muchas parejas, por eso es que no tenemos nombres, somos muchas personas, muchas conversaciones en una misma pareja y todos esos personajes son diferentes al inicio, en la mitad y al final de la obra.

SEMANA: En toda pareja debe haber admiración. ¿Cómo nació esa admiración entre ustedes como actores y amigos?
J.R.: A mí me pasa algo muy especial con Cristina, y es que somos grandes compañeros de trabajo por encima de todo. Nosotros nos hemos hecho amigos porque hemos trabajado muy bien juntos, y eso hace que nuestra relación profesional sea tan especial. No me imaginaba haciendo esta obra con otra actriz.
C.U.: De acuerdo con Juan Pablo. Creo que nos debíamos eso, el trabajar verdaderamente juntos. Es un lujo encontrarse con un compañero que sea absolutamente profesional en su manera de trabajar, pero además con un talento tan vivo y con una emocionalidad tan particular como la de Juan Pablo, es una verdadera maravilla. Hay mucho respeto entre los dos, no solo como actores, sino también como seres humanos. Respetamos nuestros espacios laboral y personal. Es un verdadero regalo.

SEMANA: La obra aborda temas muy complejos como el de ser o no padres en un mundo tan convulsionado. ¿Cómo se sintieron con ese tema?
J.R.: Siempre tuve claro que, sea lo que sea que fuéramos a hacer juntos, tenía que ser algo con la capacidad de generar una conversación importante y relevante. Hay dos factores que se suman a esta obra: la conversación sobre el medioambiente y, efectivamente, la pregunta tan trascendental de si deberíamos o no ser padres. Esta no es una obra solamente para hacer reír, aunque por supuesto se van a reír mucho, pero también es una obra que plantea preguntas muy relevantes. Para mí, la paternidad siempre está porque para mí no hay nada más importante. Porque es mi número uno, porque todo lo que yo hago y todas las decisiones que tomo giran en torno a mi paternidad.
C.U.: En mi caso, mi maternidad es lo mejor que me ha pasado, con todos los infinitos retos que se presentan en cada etapa. Mi vida está en función de Baltazar, que ya tiene 15 años. Con mi hijo he tenido unos momentos íntimos y cotidianos a los que doy gracias a Dios por haberme dado la posibilidad de estar aquí en este momento para acompañar a mi hijo. Es un acto de gratitud permanente, sabiendo que tengo que hacer renuncias y que está bien. También se trata de aceptar que yo no soy solo la madre, también soy esposa, actriz, amiga y debo empezar a recuperar mis espacios.

SEMANA: Hay quienes dicen que cuando uno se casa, también lo hace con la familia. ¿Cómo abordan ese tema en la obra?
C.U.: Ese tema es supremamente claro y divertido en la obra. Yo sí creo que tú nunca te casas solo con el otro, tú también te casas con la familia y con los amigos, e incluso con el entorno y sus costumbres, y cuando llegan los hijos aún más. Estoy casada con un vasco y encontrarme, por ejemplo, con mis suegros ha sido divino y ya no me tomo las cosas tan personales.
J.R.: En la obra ese tema se toca como una pincelada, porque toca muchas etapas que atraviesa una pareja. Respecto a nosotros, Juan Pablo y Mónica, lo que pasa es que nuestras familias nunca han afectado nuestra vivencia de ninguna manera. Para nosotros no existe la exigencia, por ejemplo, de una Navidad o de un cumpleaños. Como hemos pasado tanto tiempo por fuera, hemos aprendido a vivir así. Ahora que estamos en Colombia, ahora sí hemos aprendido a pasar más tiempo con la familia que hemos escogido.

SEMANA: En la obra hay un tercer protagonista: la música. ¿Cómo nació esa relación con Daniel Álvarez Mejía, guitarrista de Diamante Eléctrico?
J.R.: Daniel entra a la obra porque yo lo conozco a través de Karim Estefan. En esa época yo estaba en plena creación de un pódcast que se iba a llamar La oportunidad de la mediana edad y de repente llegué a la canción Los chicos sí lloran, de Diamante Eléctrico, y algo me hizo clic y dije: el pódcast se tiene que llamar así. Luego invité a Daniel a que formara parte de él y ahí nos hicimos muy amigos. Al mes de hacer la obra, Nicolás Montero, el director, nos dijo que hacía falta musicalizar, e inmediatamente pensé en Daniel Álvarez. Lo que él le ha traído a la obra es impresionante, es demasiado talentoso.