Especial Servicios Públicos

¿Qué puede aprender Colombia de China sobre el cuidado del agua?

Expertos llaman la atención sobre sus tecnologías para monitorear y mejorar la gestión del recurso. Además analizan los retos para garantiar que todos los colombianos accedan a agua potable y de calidad.

25 de febrero de 2025, 1:00 a. m.
ESPECIAL SERVICIOS PÚBLICOS - AGUA
ESPECIAL SERVICIOS PÚBLICOS - AGUA | Foto: César David Martínez,

El uso irracional del agua, la contaminación de las fuentes hídricas y los efectos del cambio climático tienen al país frente a una gran disyuntiva: hay suficiente riqueza hídrica, pero el acceso equitativo al recurso es limitado y el riesgo de perderlo aumenta. En Bogotá y Cali se registran sequías desde hace más de un año, lo que ha llevado a implementar medidas de racionamiento y control en el consumo hídrico. Un estudio reciente de la Contraloría General de la República reveló que 11 por ciento de los hogares colombianos no tiene acceso al servicio de agua, 450 municipios presentan niveles de riesgo en la calidad del líquido y diez de los 32 departamentos enfrentan problemas para la continuidad en la prestación del servicio.

Paradójicamente, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible destaca la capacidad hídrica del país, cuyo rendimiento es seis veces mayor al promedio mundial y cerca de tres veces el promedio de América Latina. Además, Colombia alberga el 50 por ciento de los páramos del mundo, considerados fábricas naturales de agua. Según Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy (TNC) en Colombia, uno de los factores que explica la inequidad en el acceso al agua es la distribución geográfica y climática: mientras más del 80 por ciento de los recursos hídricos se concentran en las regiones Amazónica y Pacífica, la mayor demanda se da en la zona Andina, donde reside el 70 por ciento de la población y se genera el 80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservacy en Colombia.
Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservacy en Colombia. | Foto: Natalia Betancourt

Otro factor clave es la presión sobre las fuentes hídricas, especialmente en la cuenca del río Magdalena, debido al alto consumo y la deforestación de ecosistemas estratégicos como páramos y bosques andinos. Esto ha reducido la capacidad de regulación del agua, afectando su disponibilidad en ríos y acuíferos.

Además, en muchas regiones las fuentes hídricas están contaminadas por vertimientos industriales, agrícolas y domésticos sin tratamiento adecuado, lo cual compromete la disponibilidad de agua potable. TNC estima que más del 70 por ciento de las aguas residuales domésticas e industriales en Colombia no reciben el tratamiento adecuado antes de ser vertidas a ríos y quebradas.

¿Gobernanza del agua?

Si bien Colombia cuenta con un marco normativo sólido en materia de agua, su implementación enfrenta desafíos y requiere el compromiso de todos: Gobierno, comunidades, industria, gremios y academia. Para Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt, es fundamental adoptar una visión integral en la gobernanza del agua, considerando la capacidad de los territorios para su desarrollo. “Los páramos ocupan menos del 1 por ciento del territorio nacional, pero proveen agua a cerca del 70 por ciento de la población. Los acueductos de las principales ciudades dependen del agua capturada por los páramos a través de los ríos que vienen de la Amazonia”, señaló García. Por ello, cualquier estrategia de ordenamiento territorial debe garantizar la protección de las fuentes hídricas para evitar conflictos sociales derivados de la vulnerabilidad y la insostenibilidad de los modelos de desarrollo.

Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.
Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

Además, el país necesita regulaciones claras sobre el uso del agua en todas las industrias para fomentar un compromiso real con la sostenibilidad de este recurso.

Lecciones internacionales

Expertos consideran que Colombia podría aprender de modelos implementados en China, la Unión Europea, México y Sudáfrica para el cuidado del agua. En China, por ejemplo, se utilizan tecnologías como sensores remotos, modelamiento hidrológico y sistemas de alerta temprana para monitorear y mejorar la gestión del recurso. La Unión Europea ha promovido la gestión integrada de cuencas, asegurando que las decisiones sobre el uso del agua involucren a todos los actores y se alineen con la capacidad de carga de los ecosistemas.

México desarrolló mecanismos exitosos de Pago por Servicios Ambientales (PSA) para incentivar la conservación de bosques y fuentes hídricas, un modelo que también avanza en Colombia, pero requiere mayor inversión y articulación interinstitucional.

El caso de Bogotá

Bogotá cuenta con un índice de cobertura en la prestación del servicio cercano al ciento por ciento, lo que garantiza el suministro de agua potable a todos los usuarios en barrios legalizados. La calidad del agua en la ciudad también cumple con los más altos estándares definidos en la normativa vigente.

Natasha Avendaño, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), advirtió que el racionamiento del servicio de agua ha tenido tres objetivos principales: “Impedir que el embalse de Chuza llegara a niveles críticos que pusieran en riesgo el suministro del sistema Chingaza, garantizar el abastecimiento para el año 2025 y establecer una restricción que permitiera mantener las dinámicas sociales y económicas de la ciudad”.

Natasha Avendaño, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.
Natasha Avendaño, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA-SEMANA

Los tres objetivos se han cumplido. Actualmente, los embalses del sistema Chingaza registran un nivel cercano a los 119 millones de metros cúbicos, 49,64 por ciento superior al de la misma fecha en 2024. Además, las inversiones realizadas en la Planta Tibitoc han permitido reducir en un 28 por ciento la producción de la planta Wiesner en el sistema Chingaza, disminuyendo la presión sobre esta infraestructura.