Opinión
¿Vale la pena el cortoplacismo académico?
A medida que la automatización avanza, las tareas técnicas se vuelven reemplazables, pero la capacidad de innovar, liderar y adaptarse sigue siendo dominio de quienes han invertido en un aprendizaje profundo y multidisciplinario.

En un mundo en el que la información está al alcance de un clic, así como los diplomados y cursos rápidos, muchos se cuestionan si los títulos universitarios siguen siendo la mejor opción. Aunque los programas cortos ofrecen una formación rápida y accesible, los datos y las tendencias globales muestran que la inversión en Educación Superior sigue siendo la estrategia más efectiva para la movilidad social, el reconocimiento profesional y la estabilidad financiera a largo plazo.
El mito del retorno de inversión inmediato
En Colombia y el mundo, se ha instalado la narrativa de que un curso técnico o un diplomado puede reemplazar un título profesional. Es cierto que estos programas ofrecen habilidades específicas en menos tiempo y con menor costo. Sin embargo, estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran que los egresados universitarios pueden llegar a ganar hasta un 57 % más que quienes solo tienen Educación Media o técnica. Además, el acceso a posiciones de liderazgo, investigación y toma de decisiones sigue estando dominado por profesionales con formación integral.
Según el Foro Económico Mundial (FEM), las habilidades más valoradas en el futuro del trabajo incluyen el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos y el liderazgo, competencias que difícilmente se desarrollan con formaciones cortas. A medida que la automatización avanza, las tareas técnicas se vuelven reemplazables, pero la capacidad de innovar, liderar y adaptarse sigue siendo dominio de quienes han invertido en un aprendizaje profundo y multidisciplinario.
La importancia del conocimiento y la influencia real
Más allá del salario, la educación universitaria no solo amplía el espectro de oportunidades, sino que abre puertas al reconocimiento y la influencia. En un mundo en el que la marca personal y el capital intelectual son clave, las credenciales universitarias actúan como un sello de calidad que da acceso a redes de alto nivel. Un MBA, una maestría o incluso un pregrado en una institución de prestigio siguen siendo pasaportes a oportunidades exclusivas.
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En Colombia, donde la desigualdad y la informalidad laboral son retos persistentes, la Educación Superior es un factor decisivo para el desarrollo económico. Según el Banco Mundial, cada año adicional de educación puede aumentar el ingreso de una persona en un 10 %, y en países en desarrollo como Colombia, este impacto es aún mayor.
Tendencias globales: la nueva educación no es un diplomado, es un ecosistema
El FEM 2024 predice que el futuro de la educación no está en programas cortos que se limitan a llenar vacíos técnicos, sino en modelos híbridos, de aprendizaje continuo y con un enfoque en soft skills. Las universidades que están liderando esta revolución combinan formación académica profunda con certificaciones especializadas y experiencias en el mundo real.
Empresas como Google y Microsoft han lanzado certificaciones que muchos ven como una “alternativa” a la educación formal. Sin embargo, el mismo Foro Económico Mundial advierte que estas iniciativas funcionan mejor cuando se combinan con una base sólida en pensamiento estratégico, liderazgo y creatividad, características que la universidad sigue proporcionando mejor que cualquier otra institución.
Conclusión: pensar en grande, apostar por el futuro
Si bien el mundo laboral está cambiando y la formación técnica es una herramienta valiosa, la Educación Superior sigue siendo la mejor inversión en retorno financiero, crecimiento profesional y reconocimiento. En Colombia, donde la competitividad depende de la capacidad de innovar y adaptarse, apostar por un título profesional y una educación continua no solo es una decisión inteligente, sino un camino seguro hacia un futuro con mayor influencia, estabilidad y oportunidades reales.
El éxito ya no se trata solo de lo que sabes hacer hoy, sino de cuán preparado estás para reinventarte mañana. Y en ese juego, la universidad sigue siendo la mejor apuesta.
Paula Amado Kattah, gerente de Proyección y Crecimiento de la Universidad EAN.