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Colombia sí tiene oportunidades comerciales con Donald Trump: María Claudia Lacouture, de Amcham, explica cuáles son

La presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, analiza lo que podría significar el endurecimiento de los aranceles en el mundo y las enormes oportunidades y desafíos para Colombia. 

18 de enero de 2025, 4:21 a. m.
Trump
María Claudia Lacouture analiza lo que puede implicar para el país la llegada de Trump. | Foto: Getty Images

La llegada de Donald Trump a un segundo mandato en la Casa Blanca implica el regreso a una administración pragmática y transaccional. Sin embargo, a diferencia de su primer periodo, en esta ocasión cuenta con mayor experiencia en la gestión gubernamental y un equipo más alineado con su visión estratégica. Con un respaldo político más sólido, su agenda podrá ser más eficiente.

Las prioridades de Trump en política interna –control de la inmigración, lucha contra el tráfico de fentanilo y protección de la industria estadounidense– impactarán directamente su política exterior y comercial. El contexto global es incierto y presenta múltiples desafíos: proteccionismo en ascenso, debilitamiento del multilateralismo, tensiones geopolíticas y una creciente desconfianza en la economía mundial.

Para Colombia, estos factores se suman a desafíos internos como bajo crecimiento, fragilidad fiscal e inseguridad. Si bien el país no es un actor prioritario en la agenda de Trump, sigue siendo clave en seguridad, migración y comercio. La creciente inversión china en infraestructura y comercio podría generar preocupación en Washington, derivando en un mayor escrutinio sobre acuerdos estratégicos.

María Claudia Lacouture. | Foto: Alejandro Acosta

A pesar de estos desafíos, la relación entre Colombia y Estados Unidos no se reduce a la interacción entre presidentes. Existen vínculos sólidos en el Congreso, el sector privado y la sociedad civil, que han permitido mantener la cooperación bilateral a pesar de diferencias políticas. Un ejemplo fue la negativa del Congreso de Estados Unidos a reducir en un 36 por ciento la cooperación con Colombia, a pesar de la solicitud de Trump en su primer mandato. Mantener este respaldo bipartidista será clave.

Más allá del impacto político, el comercio tiene su propia dinámica. Aunque la política influye cada vez más en la economía, no la determina por completo. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, iniciada en 2018, continuará bajo Trump, lo que podría abrir oportunidades para Colombia. Si se endurecen los aranceles a México y Canadá, el país podría fortalecer su presencia en las cadenas de suministro estadounidenses en sectores como manufactura, agroindustria y productos sostenibles.

El presidente Donald Trump llegará a la presidencia de los Estados Unidos. | Foto: getty images

Sin embargo, existe el riesgo de que se impongan aranceles generales a bienes fabricados en el extranjero, lo que afectaría la competitividad de los productos colombianos en el mercado estadounidense. Esto podría derivar en una reducción de exportaciones y un impacto negativo en la economía. El acuerdo comercial vigente entre Colombia y Estados Unidos ofrece estabilidad y limita la imposición de barreras arancelarias unilaterales, brindando cierta seguridad en el comercio bilateral, incluso en medio de tensiones políticas.

Dado este panorama, Colombia debe actuar con estrategia y visión para fortalecer su relación con Estados Unidos. Aprovechar las oportunidades comerciales debe ser una prioridad.

Como bien se dice, “si no puedes cambiar el viento, ajusta las velas”. Desde AmCham trabajamos en una estrategia para que los empresarios mantengan y amplíen sus oportunidades en este nuevo contexto. Un análisis nuestro identificó 224 productos colombianos con ventaja comparativa en Estados Unidos frente a China, Canadá y México: 144 frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México.

El nuevo Gobierno tendrá otras dinámicas con la región. | Foto: Getty Images

El estudio también resalta que 23 estados estadounidenses, incluyendo Florida, Texas, California y Nueva York, tienen interés en estos productos. Además, las oportunidades no se concentran exclusivamente en las regiones más industrializadas del país. Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca y Atlántico lideran en número de productos con ventaja comparativa, pero también departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare y Putumayo pueden diversificar su producción y competir. El estudio demuestra que la estrategia de nearshoring, promovida por Estados Unidos para trasladar cadenas de suministro de Asia a América, es otra oportunidad.

Para ello, se requieren políticas públicas que brinden estabilidad jurídica y tributaria, incentiven la inversión y fortalezcan la competitividad. También es clave mejorar la infraestructura, impulsar la asociatividad empresarial y garantizar seguridad física y económica para los inversionistas. El sector privado desempeña un papel fundamental. Las empresas colombianas deben integrar la exportación en su estrategia, adaptarse a las exigencias del mercado estadounidense y fortalecer su competitividad.

El regreso de Trump no será fácil para Colombia, pero tampoco representa una amenaza definitiva. Habrá ajustes, desafíos y oportunidades. La clave está en entender el nuevo escenario y actuar con inteligencia para fortalecer la relación bilateral y aprovechar las condiciones del mercado. Colombia no puede cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar sus velas.