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Donald Trump advierte a Panamá que quiere tomar control del canal; también aseguró que comprará Groenlandia
El mandatario estadounidense revivió dos de sus propuestas más polémicas durante su discurso en el Capitolio este martes en la noche.


El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dio en la noche de este martes su primer discurso ante el Congreso en su segundo mandato. El líder republicano, entre muchas de sus declaraciones polémicas, aseguró que su administración ya ha comenzado los esfuerzos para tomar el control del canal de Panamá, algo que ha venido diciendo desde que volvió a la Casa Blanca y ha provocado una tensa relación con el país centroamericano.
“Mi administración recuperará el canal de Panamá y ya hemos empezado a hacerlo”, afirmó el mandatario en medio de vítores y aplausos de los congresistas republicanos que acompañaron al presidente durante sus declaraciones, en el discurso más largo hecho por un líder del país norteamericano en su historia, llegando a la hora con 40 minutos.
El canal de Panamá, una de las vías de navegación más estratégicas del mundo, fue construido con el apoyo de Estados Unidos y estuvo bajo su control hasta 1999, cuando fue transferido a Panamá en cumplimiento de los tratados firmados en 1977 entre el entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, y el líder panameño de la época, Omar Torrijos.

Sin embargo, Trump insistió en que el traspaso fue un error histórico. “La administración Carter lo entregó por un dólar, pero ese acuerdo ha sido violado de manera muy grave. No se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá y lo vamos a recuperar”, aseguró en una retórica que ha sido muy criticada desde el país centroamericano, el cual ya anunció el cese de sus operaciones conjuntas con la nación asiática.
El presidente también sugirió cambiar el nombre del canal de Panamá sin detallar qué nueva denominación podría adoptar, siendo la primera vez que habla de ello. En su discurso, hizo referencia a la influencia china en la región y afirmó que algunas operaciones portuarias del canal están bajo control de empresas chinas, lo que según él representa una amenaza para los intereses de Estados Unidos.
En un tono desafiante, pero burlesco, Trump envió un mensaje al secretario de Estado, Marco Rubio, quien ha sido uno de los funcionarios encargados de la política exterior en América Latina y el responsable de los diálogos con Panamá. “Sabemos a quién culpar si algo sale mal”, dijo el mandatario con una sonrisa.

Groenlandia también
No satisfecho con su postura sobre Panamá, Trump también revivió su intención de comprar Groenlandia, una propuesta que ya había generado tensiones diplomáticas con Dinamarca en su primer mandato. Y ahora, durante su segundo periplo en la Casa Blanca, renovó y ha vuelto a generar polémicas, y a pesar del rechazo del gobierno danés, el mandatario estadounidense insiste en ello.
“Apoyamos firmemente su derecho a determinar su propio futuro y, si así lo eligen, les damos la bienvenida a los Estados Unidos de América. Necesitamos Groenlandia para la seguridad nacional, incluso, para la seguridad internacional, y estamos trabajando con todos los involucrados para tratar de conseguirla, pero realmente la necesitamos para la seguridad mundial internacional y creo que la vamos a conseguir”, afirmó el mandatario.
Trump insistió en que su administración está tomando medidas concretas para lograr la adquisición de la isla, aunque no especificó qué estrategias utilizaría para persuadir a Dinamarca y a la población groenlandesa. “De una forma u otra, lo conseguiremos. Los mantendremos a salvo. Los haremos ricos”, aseguró Trump. “Y juntos, llevaremos a Groenlandia a cotas que nunca antes creyeron posibles”.

Estas declaraciones fueron en el marco del discurso de Trump, el cual no fue un discurso oficial sobre el Estado de la Unión, pero sí representó una oportunidad clave para delinear sus prioridades legislativas y promocionar sus primeros logros en este nuevo período presidencial.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha firmado más de 75 órdenes ejecutivas en poco más de un mes, muchas de ellas dirigidas a cumplir sus promesas de campaña. Entre estas medidas se encuentra el despido masivo de miles de empleados federales, ejecutado bajo la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental y del multimillonario Elon Musk, quien ocupa un rol clave en la nueva administración.