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Estados Unidos evitó parálisis del gobierno a última hora. ¿Qué pasó?
Si los congresistas no hubiesen aprobado la ley presupuestaria, se habría dejado en desempleo técnico a cientos de miles de funcionarios o interrumpiría el tráfico aéreo.


El Senado de Estados Unidos aprobó el viernes un proyecto de ley presupuestario cuyo rechazo habría paralizado la administración federal, pero que la posibilidad de un cierre parcial del gobierno terminó de disminuir desde que el líder demócrata del Senado dijo que lo apoyaría.
Chuck Schumer dijo el miércoles que se oponía al texto, pero el jueves anunció que votará a favor porque le preocupan las consecuencias de un cierre parcial de la administración. Una parálisis presupuestaria “daría carta blanca a Donald Trump y a Elon Musk para destruir servicios esenciales del gobierno a un ritmo mucho mayor que el actual”, declaró en el Congreso.
El texto, que financia el gobierno federal estadounidense hasta septiembre, cuenta con el respaldo del presidente Donald Trump, quien debe firmarlo para convertirlo en ley. Los demócratas lo han criticado duramente debido a los recortes previstos en algunas partidas del gasto público.
Porque en esa situación, la Casa Blanca “tendría plena autoridad para considerar agencias, programas y personal, enteros como no esenciales”, poniendo a los empleados en jornada reducida sin ninguna promesa de volver a ser contratados, dijo Schumer.
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El presupuesto, el cual también fue aprobado por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, extenderá la financiación federal hasta septiembre. Eso le daría el tiempo de acordar un presupuesto para todo el año, incluidos los fondos necesarios para algunas de las promesas de campaña de Trump, como su programa de expulsión de migrantes.
Si no se hubiese adoptado ningún texto antes de la medianoche del viernes, se hubiese declarado un cierre, lo que los estadounidenses llaman shutdown. Esto habría dejado en desempleo técnico a cientos de miles de funcionarios, interrumpiría el tráfico aéreo y causaría retrasos en el pago de cierto tipo de ayuda alimentaria.
Una situación muy impopular en Estados Unidos, que tanto demócratas como republicanos terminaron evitando. La posición de Chuck Schumer causó revuelo en el Partido Demócrata. Un centenar de personas se manifestaron el viernes por la mañana en Nueva York frente a la residencia del senador para protestar por su voto, constató un periodista de la AFP.

“Una falsa elección”
Nancy Pelosi, expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes, resumió el viernes el dilema de su partido. En un comunicado, denunció “una falsa elección” entre “un cierre del gobierno o un cheque en blanco que constituye un ataque devastador contra el bienestar de familias estadounidenses”. El senador demócrata John Fetterman anunció que votará a regañadientes a favor del proyecto.
“Votar para paralizar el gobierno castigará a millones de personas”, afirmó, recalcando eso sí su “desacuerdo con muchos puntos” de la propuesta republicana. “Enhorabuena a Chuck Schumer por haber hecho lo correcto”, escribió el viernes Donald Trump en su red Truth Social, entusiasmado por una “decisión muy sabia e inteligente” que podría conducir a “algo grandioso para Estados Unidos”.
El jueves Trump culpó a los demócratas de la situación actual. Insistió en que, de producirse una parálisis, sería “culpa suya”.
A pesar de tener 53 de los 100 senadores, los republicanos necesitaron el apoyo de varios demócratas para obtener la mayoría calificada de 60 votos necesarios para adoptar el texto. La propuesta republicana incluye un aumento de 6.000 millones de dólares en el presupuesto de defensa, pero también un recorte de 13.000 millones de dólares en el gasto en otras partidas.

Los demócratas consideran inaceptables estos recortes, que se suman a los despidos masivos de funcionarios realizados por Elon Musk con la bendición de Trump como parte de la comisión de eficiencia gubernamental (DOGE).
Desde el regreso del multimillonario republicano a la Casa Blanca, el propietario de SpaceX y Tesla se ha embarcado en el desmantelamiento de algunas agencias federales, a las que acusa de fraude o de gestión despilfarradora.
A los demócratas también les preocupa que la financiación temporal, en lugar de una para todo el año fiscal, diluya el poder del Congreso en la elaboración del presupuesto, porque daría al Poder Ejecutivo más libertad para decidir en qué gasta los fondos.
*Con información de AFP.