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Adiós a la MetroCard: Nueva York anuncia la fecha de su retiro definitivo
Esta decisión se enmarca en un plan más amplio de modernización del transporte público en Nueva York.

La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) anunció el fin de la icónica MetroCard, cuya venta en estaciones de metro finalizará el 31 de diciembre de este año, mientras que en tiendas minoristas como farmacias y bodegas terminará en otoño.
Esta medida forma parte del cambio al sistema de pago sin contacto OMNY, implementado desde 2019. Según la MTA, esta transición generará un ahorro de al menos 20 millones de dólares anuales en costos operativos.
El presidente de la MTA, Janno Lieber, señaló que la actualización del sistema de pagos no solo optimizará la eficiencia del transporte público, sino que también permitirá ofrecer nuevos descuentos y promociones a los usuarios. “Ha llegado el momento de decir adiós a la MetroCard y adoptar el método de pago del futuro”, expresó en un comunicado.

Según The New York Times, el 65 % de los pasajeros ya emplea el sistema tap-and-go, reflejando una adopción acelerada de la nueva tecnología. La MetroCard, lanzada en 1993, representó una transformación significativa en el transporte de Nueva York al sustituir los tokens, utilizados desde 1953.
A lo largo de tres décadas, estas icónicas tarjetas amarillas se transformaron en un símbolo de la vida en la ciudad, llenando bolsillos, carteras y esparciéndose por el suelo de las estaciones de metro. Su desaparición representa el cierre de una era y la adopción definitiva de un sistema de pago totalmente digital.
Un nuevo sistema de pago sin contacto
En lugar de deslizar una MetroCard en los lectores del metro o los autobuses, los pasajeros ahora podrán usar Omny, un sistema que permite el pago con billeteras digitales en teléfonos y relojes inteligentes, tarjetas de crédito o débito sin contacto, y tarjetas Omny físicas, que pueden recargarse en línea, en estaciones de metro y en miles de comercios minoristas.
Las tarjetas Omny tienen un costo de 1 dólar y están diseñadas, entre otros, para quienes no poseen una cuenta bancaria. Para facilitar la transición, la MTA instalará máquinas expendedoras de Omny en las 472 estaciones del metro antes del otoño.
Uno de los principales propósitos de la MTA con este cambio es hacer más sencillo el acceso al transporte público. A diferencia de la MetroCard, que requería recargas periódicas y podía presentar fallos técnicos, Omny permite a los pasajeros pagar directamente con su teléfono o tarjeta bancaria, eliminando la necesidad de portar una tarjeta física.
Para quienes aún tengan saldo en sus MetroCards, la MTA aseguró que podrán seguir usándolas hasta que se establezca una fecha oficial para su desactivación. Además, el dinero restante en las tarjetas podrá ser transferido o reembolsado hasta dos años después de su fecha de vencimiento.

Un cambio que afecta a toda la ciudad
La eliminación de la MetroCard no solo afecta a los pasajeros habituales del metro y los autobuses. En septiembre, la MTA dio un paso clave en la transición al reemplazar las tarjetas de transporte de los estudiantes de escuelas públicas por el sistema OMNY.
Además, esta decisión se enmarca en un plan más amplio de modernización del transporte público en Nueva York. En los últimos años, la MTA ha implementado mejoras en la infraestructura del metro, como nuevas pantallas digitales con información en tiempo real y una mayor accesibilidad para personas con discapacidad.
Sin embargo, algunos especialistas señalan que el cambio a Omny podría representar un reto para ciertos sectores, en particular para los adultos mayores y aquellos con dificultades para adaptarse a la tecnología digital. Para reducir estos obstáculos, la MTA ha puesto en marcha campañas informativas y programas de asistencia para guiar a los usuarios en el uso del nuevo sistema.
Aunque la desaparición de la MetroCard despierta nostalgia, seguirá en funcionamiento por ahora. Los pasajeros podrán continuar utilizándola hasta que la MTA anuncie una fecha oficial para su retiro definitivo.