NACIÓN
Escalofriante relato de novia de montañista que murió en el Nevado del Tolima el 31 de diciembre: “Me arrodillé, lo abracé”
El hombre fallecido tenía 25 años de edad.
A finales de diciembre del año pasado, Kevin Hernando Bocanegra, su novia Jois Ramírez y suegra Julieth Ordóñez adquirieron un paquete turístico por el que pagaron 1.301.000 pesos cada uno, para ir de travesía al Nevado del Tolima.
Kevin, junto a su novia y suegra, soñaba con recibir el Año Nuevo en este hermoso lugar y para ello adquirieron dicho paquete turístico que les vendió, según Jois, un primo de Kevin, identificado como Óscar Apolinar y “aparente guía profesional”.
Por lo tanto, se unieron a un grupo de 12 personas que inició su travesía en el Valle de Cocora, en Quindío, para finalizarla el 2 o 3 de enero. De acuerdo con la novia de Kevin, luego se enteraron de que la agencia de Apolinar no estaba avalada por el Parque Nacional Natural Los Nevados.
“No era un guía certificado por el parque, entonces él nos lleva de manera irresponsable (...); nosotros no revisamos, confiamos en Óscar porque era primo muy cercano de Kevin”, contó Jois en medio del videopódcast Más allá del silencio.
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Ya en medio de la travesía, Kevin, quien era montañista, empezó a presentar problemas de salud que le impidieron seguir avanzando.
“Notifica al grupo y a Óscar que se sentía mal. Ahí ya sus síntomas de gripa habían avanzado, entonces ya tenía malestar general, dolor en el cuerpo, pero nadie le prestó atención. Él sentía congestión y lo relacionó siempre con una gripa y así fue como también el guía lo hizo saber y lo dio por entendido. Óscar era el que tenía una gripa grave en ese momento; unos síntomas bastante fuertes. Pero nunca nos indicaron que había la posibilidad de parar”, agregó Jois en el videopódcast citado anteriormente.
Pasaron las horas y la salud de Kevin empeoró, sin que nadie le pudieran prestar una ayuda profesional o existieran los medios adecuados para sacarlo inmediatamente del parque natural.
“Entro un momento a la carpa a terminar de organizar las cosas y Kevin está recostado de medio lado en el suelo de la carpa, con los ojos cerrados y veo cómo sale mucho líquido de su nariz. Lo tenía cristalizado en su bigote, era amarillo y estaba regado sobre la carpa, como si se hubiese regado una botella de agua”, recordó Jois.
Transcurridas unas horas, la salud de Kevin se iba deteriorando más y más; su cuerpo no le daba, mientras Jois le pedía que, por favor, aguantara un poco más mientras miraban quién venía a ayudarlos.
“En efecto, miro a Kevin, le digo: ‘Hazlo por mí, respira, trata de manejar tu respiración. Inténtalo por mí, por favor, ya nos van a sacar de acá’. Así que él me dice: ‘Ok, lo voy a seguir intentando’. Se sube al caballo, avanzó muy poco y gritaba, él pedía auxilio, se tocaba el pecho y decía: ‘No puedo soportarlo, me duele el pecho’. Le seguía saliendo líquido amarillo de la nariz y me decía: ‘Me duele, no puedo seguir, tengo que bajarme del caballo’. La presión seguramente en el caballo era más fuerte de lo que era en el piso. Así que en medio de la desesperación se tiraba al piso”, contó, entre lágrimas, Jois, en Más allá del silencio.
Posteriormente, mientras trataban de sacarlo del parque en un caballo, Kevin sufrió una convulsión y perdió el conocimiento, mientras le empezaba a salir “una cantidad inimaginable de líquido amarillo por boca y nariz”. Después, llegaron al punto donde estaban dos arrieros con una ampolleta de medicamento que, supuestamente, se la debían aplicar, pero el líquido se terminó derramando sobre las manos de uno de los hombres.
Buscando todas las maneras posibles, luego de un tiempo prolongado, a Kevin lo subieron a un caballo a pesar de que seguía inconsciente. Se supone que al joven lo iban a llevar a una finca llamada La Playita, donde iba a recibir los primeros auxilios, pero al final el montañista no aguantó más y murió, terminando su cuerpo arrojado en un establo de una quinta de nombre La Primavera.
Tanto Jois como su mamá, Julieth, se perdieron en medio de la caminata y arribaron horas después a la finca La Primavera, donde les entregaron la triste noticia de la muerte de su familiar.
Y la situación no paró allí. Aunque ya era de noche y pleno 31 de diciembre, a Jois y a su mamá, unas personas les dijeron que lo mejor era que abandonaran La Primavera, dado que este predio era de una persona muy poderosa y al final todo se podía complicar, porque ellas estaban reclamando por todo lo que había pasado con Kevin.
“Una persona de la finca nos hace un comentario y nos dice en voz baja, a modo de susurro: ‘Salgan de acá, el dueño de estas fincas es muy poderoso y esta situación no va a traer nada bueno, váyanse’”, aseveró Jois.
Al final, tuvieron que abandonar la finca en horas de la noche con el cuerpo de Kevin en un caballo; llegaron hasta el Valle de Cocora, donde las esperaban las autoridades judiciales y algunos organismos de socorro para llevar a cabo el respectivo levantamiento del cuerpo del joven deportista.
“A las 4 de la mañana (del 1 de enero) llegó Karina, la hermana de Kevin. Para ese momento, el CTI ya había descubierto el cuerpo de Kevin, quien seguía tirado en el suelo. Karina me dice que si me quiero despedir y ella me lleva donde está el cuerpo, y él estaba ahí tirado con sus manos llenas de tierra, toda su cara muy hinchada, los labios muy morados y estaba frío. Me arrodillé, lo abracé. Para mí en ese momento, Kevin no estaba muerto, así que lo abracé, le dije que no se fuera, que recordara que tenía una casa, unos perros y una gata que nos estaban esperando. Eran nuestra familia. Que no me dejara”, concluyó Jois.