Nación
Exclusivo: el juicio de las Farc que terminó en la masacre de familia del Catatumbo
SEMANA accedió a información reservada sobre la masacre de la familia propietaria de la funeraria más importante del Catatumbo.
Las disidencias de las Farc son las responsables de la masacre de la familia López Durán ocurrida el 15 de enero en el Catatumbo, crimen que conmocionó a Colombia y activó la guerra con el ELN que ya deja casi 100 muertos, según la Gobernación de Norte de Santander. SEMANA revela los primeros hallazgos de las investigaciones, donde se habla de una confrontación por el control de la base de coca.
Las víctimas fueron Miguel Ángel López, Zulay Durán y su hijo de nueve meses de nacido. Ellos resultaron baleados por hombres encapuchados en las calles de Tibú, una estrategia inusual en la región porque quien mata muestra el rostro y exhibe los cadáveres como si fuera un signo de poder, de acuerdo con testimonios de líderes sociales.
Los fallecidos eran los dueños de la funeraria más importante del Catatumbo, un sector del nororiente colombiano que estaba bajo el yugo del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc. Ahora, el ELN es la autoridad máxima, con el respaldo de la dictadura de Nicolás Maduro, tras el inicio del exterminio de la estructura 33 de las Farc.
El triple homicidio tomó por sorpresa a todos los municipios de la región porque los López Durán, como pocas familias, tenían afinidad con los dos grupos criminales. El hombre del hogar tenía salvoconducto para moverse por todos los rincones y recoger los cuerpos que se encontrara en el camino. Al parecer, él usó ese permiso de más y lo llevó a la muerte.
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Fuentes de la Policía Nacional narraron en SEMANA que las disidencias de las Farc vieron sospechas en el comportamiento de Miguel Ángel y lo citaron a un juicio. Por lo general, son citas de fusilamiento en que los cabecillas, obrando como jueces, determinan el destino del acusado por los propios guerrilleros. Supuestamente, el señalamiento era que estaba transportando cocaína en el carro fúnebre sin la autorización de la organización, sacando provecho del permiso para levantar cadáveres.
El hombre no acudió a la cita y las disidencias lo fueron a buscar. Los sicarios no tuvieron piedad y asesinaron a su familia; el hijo de diez años logró sobrevivir.
Para las unidades de inteligencia, ese fue el arranque de la guerra entre las Farc y el ELN que hoy tiene sitiado al Catatumbo. Los hombres de Antonio García aprovecharon el crimen para exterminar a la estructura 33, con la que tenía un acuerdo de no agresión y tráfico de drogas a gran escala. Los elenos se prepararon durante meses, infiltraron todas las comisiones de sus enemigos y las acorralaron para que no tuvieran oportunidad de respuesta.
SEMANA reveló este sábado que esta guerra tiene un ingrediente adicional: la dictadura de Nicolás Maduro. Los venezolanos necesitan tomar el control de la frontera para evitar golpes militares que hagan tambalear al régimen. Las disidencias de las Farc se convirtieron en una piedra para el zapato del chavismo, según testimonios de altos mandos de la Fuerza Pública, mandatarios locales, campesinos y líderes sociales.