
Opinión
El trato inhumano de la Nueva EPS
“Ayer éramos pacientes, hoy somos dolientes. La Nueva EPS nos da un trato inhumano”.
Diana Lucía Parra Acosta tiene 60 años y es paciente diabética insulinodependiente desde cuando tenía un año y medio. Está diagnosticada con diabetes tipo 1. En octubre, la EPS a la cual está afiliada, Nueva EPS, dejó de suministrarle el Evolocumab de 140 mg., un medicamento para evitar riesgos cardiovasculares, pues ella padece una cardiopatía derivada de la diabetes. Ese medicamento cuesta 1.568.180 pesos y es difícil de conseguir en las farmacias.
En diciembre, la Nueva EPS dejó desuministrarle los sensores y demás insumos de la bomba de insulina, un pequeño dispositivo que suministra insulina de manera permanente a los pacientes con diabetes tipo 1. Los sensores y demás insumos (set de infusión y reservorios) cuestan 2.920.486 pesos mensuales. Los vende directamente Medtronic, la compañía que fabrica estos dispositivos. Diana Lucía Parra Acosta ha hecho de todo para que le entreguen los medicamentos e insumos vitales que necesita. Cuando presenta en la Nueva EPS una nueva fórmula de algún medicamento, le anotan en la copia: NO HAY CONTRATACIÓN.
Le cedo el espacio para que ella cuente en sus propias palabras el viacrucis que ha tenido que vivir: “Esta tortura la estoy padeciendo desde octubre de 2024, cuando la Nueva EPS se negó a cambiarme de prestador para recibir el Evolocumab. La única respuesta que recibo es ‘tenga paciencia, doña Diana, nosotros no podemos hacer nada, no tenemos prestador’.
Puse derecho de petición y me remitieron a la IPS Artmedica para la entrega del medicamento y nada, allá solo me decían ‘ya tenemos convenio con Nueva EPS, pero aún no hay medicamentos, debe tener paciencia y esperar’. A finales de enero, finalmente me dijeron ‘ya no tenemos convenio con Nueva EPS, vaya para que le cambien de prestador’. También he informado en la sede administrativa de la Nueva EPS sobre los medicamentos pendientes de entrega y sobre los insumos de la bomba de infusión de insulina que tampoco me han entregado. Ahora Cafam es la entidad que está entregando medicamentos a los usuarios de la Nueva EPS. Allá también me dicen que toca tener paciencia. Desesperada, comencé a ir semanalmente a la Supersalud a poner las PQR y a hacerles seguimiento. Son dos o tres días a la semana yendo a ese sitio hasta tres horas diarias y una hora de pie en la calle para poder entrar. Abren a las 8:00 de la mañana, pero yo voy desde las 7:15 para coger buen turno y salir temprano. Si uno llega a las 10 de la mañana, lo demoran hasta la tarde. No sé qué pasa con la Supersalud, que, siendo un ente de control, no está sirviendo para nada. Anteriormente, se ponían las PQR y a los ocho, diez días había respuesta y solución. En noviembre comenzaron a demorarse en Cafam para entregar los medicamentos. En diciembre, ante la desesperanza de no encontrar solución a este problema, de sentirme dentro de un túnel negro, dentro de un laberinto sin salida, decidí recurrir a la Defensoría del Pueblo. Yo tengo una tutela integral, dictada por un juez en 2003. Tutela integral quiere decir que al paciente le tienen que asignar todas las citas médicas, los medicamentos y el tratamiento que requiera de acuerdo con su patología. La abogada que me atendió en la Defensoría me recomendó poner primero la queja, y dependiendo de la respuesta de la Nueva EPS, interponer el desacato ante el juez. La Nueva EPS no dio ninguna respuesta a la queja. El 21 de enero presenté el desacato en el juzgado. El juez le ordenó a la Nueva EPS la entrega del Evolocumab, asignar citas con especialistas y entregar las tirillas para glucometría, que sirven para medir el azúcar en la sangre.
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La Nueva EPS nos da un trato inhumano. El 25 de febrero asistí a la jornada realizada por la Secretaría de Salud en Bucaramanga para derribar barreras y tener acceso a la salud; gracias a esta gestión, el 15 de marzo logré la entrega de los insumos de la bomba de infusión de insulina, correspondientes a diciembre, enero y febrero. Es decir, me entregaron en marzo lo que deberían haberme entregado desde diciembre. Además, no me han entregado los insumos de la bomba de insulina correspondientes a marzo. He tenido que reutilizar los sensores y otros insumos, y recurrir a donaciones de la Fundación Asubim.Pro. Me siento cansada y agotada. Tengo tres complicaciones derivadas de la diabetes (retinopatía, cardiopatía y neuropatía), lucho por mantenerlas controladas y por que no aparezcan otras. Ayer éramos pacientes, hoy somos dolientes. La Nueva EPS nos da un trato inhumano”.