Mujeres a facturar, la llave de la equidad

El 8M conmemoramos la lucha de la mujer trabajadora, una lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades para todas las mujeres, este también es un día para reflexionar, mirar atrás, reconocer que hemos avanzado sin dejar de cuestionar que ninguno de esos logros hasta la fecha ha sido suficientes y que todavía sigue existiendo dificultad para que las mujeres podamos alcanzar la igualdad en muchos ámbitos.

De acuerdo con la última encuesta de diversidad de la ANDI hoy hay más mujeres que están ocupando cargos directivos y de poder, el 40 % de los cargos de primer nivel en Colombia son ocupados por mujeres frente al 34 % del 2019.

También la participación de las mujeres en juntas directivas paso del 25 % al 33 % la brecha de desigualdad entre mujeres y hombres en Colombia, aunque muestra una leve mejoría sigue siendo un desafío.

El Día Internacional de la Mujer tiene su origen precisamente en el movimiento de mujeres trabajadoras que se movilizaron, las mujeres obreras que marcharon por exigir nuestros derechos a mediados del siglo XIX y que nos abrieron un camino desde esa época cuando las mujeres no podían votar, estudiar, trabajar, ni tomar sus propias decisiones y cuando hablamos de la mujer trabajadora yo creo que todas nos identificamos.

En mi caso, como no identificarme con la lucha de mi abuela y de mi madre, dos valientes mujeres cabezas de hogar, mi abuela una maestra, que saco adelante a sus hijos con esfuerzo y mientras mi abuela les daba clase a los niños campesinos, mi mamá y su hermano se quedaban al cuidado de Tere, una vecina viuda con 9 hijos que terminó convertida en su segunda mamá y sus hijos en sus hermanos.

Para mi madre como para muchas mujeres la vida no ha sido fácil, fue víctima del matrimonio infantil - el cual ya eliminamos en el Congreso- obligada a casarse a los 15 años, del cual quedó en embarazo, dejo sus estudios y empezó a ser víctima de violencia intrafamiliar, todo esto lo soporto por años, hasta que decidió huir, empezar de cero y trabajar para sacar su hija adelante.

Es por eso por lo que he sido una convencida de que el empoderamiento económico es la clave para que las mujeres no tengan que soportar ningún tipo de violencia, las mujeres tenemos que ser protagonistas activas de la economía y de la transformación social y colectiva, nada más importante para prevenir la violencia de género que una mujer pueda acceder a estudiar y a un trabajo digno.

El 52 % de las mujeres madres son cabeza de hogar, muchas son las mujeres solas sacando su familia adelante, la situación de estas mujeres es dramática cuando no tienen un trabajo digno, tener que dejar sus hijos al cuidado de cualquier persona porque el Estado no ofrece programas para cuidar a los niños hoy vulnerables ante un panorama de violencia y de drogas.

Debemos promover iniciativas para empoderar a las mujeres y trabajar en planes de salud mental para mejorar su autoestima.

El panorama en el país preocupa, se dice que una de cada 3 mujeres es víctima de violencia, cada 18 horas una mujer es víctima de feminicidio en este país, cada 28 minutos una mujer sufre algún tipo de violencia y cada 33 minutos, otra es víctima de violencia intrafamiliar. La pregunta es inevitable: ¿hasta cuándo vamos a normalizar esta cruel realidad?

Esta es la radiografía de ser mujer en Colombia, la violencia contra lo que somos puede tocar cualquier puerta, por eso necesitamos trabajar en la prevención, educación y en fortalecer la justicia. Necesitamos alzar nuestra voz, tejer lazos como sociedad que nos permitan caminar sin miedo y principalmente que hagan que nunca más nuestros pasos dejen de contar. Hoy te digo que esta lucha es por ti, por mí y por todas.