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Opinión

Se los dije… ya prepararse

Comienza el próximo 18 otra vez el incendio del país por cuenta del ego de Petro.

Francisco Santos
15 de marzo de 2025

Gustavo Petro quiere, en primera instancia, quedarse en el poder. No es un estratega; sus problemas personales no se lo permiten, pero sí es un gran oportunista. Pues bien, la oportunidad se le presentó y, no les quepa la menor duda, va a aprovecharla.

La propuesta de las consultas populares para tratar de sacar adelante sus reformas es una disculpa. Es la sombrilla que cubre la verdadera intención que tiene, incendiar el país. Es fácil hacer los números para darse cuenta de que es casi imposible sacar los casi 14 millones de votos para aprobar la reforma laboral o la reforma a la salud. El verdadero objetivo es repetir los violentos bloqueos del 2019 y del 2021 para quedarse en el Palacio de Nariño.

Ya Petro comenzó a justificar la réplica de estos momentos violentos y el caos que quiere crear para generar las condiciones que le permitan mantenerse en el poder. En diversas entrevistas, dio a entender lo que venía. El pasado 26 de febrero, antes de que las reformas se hundieran, le dijo al diario El País de España que había fallado al creer que podía hacer una revolución gobernando y agregó –esto es fundamental– que “eso lo hace el pueblo”. Más claro no canta un gallo.

Muchos, con razón, creen que un presidente con un desprestigio como el que tiene Petro ya no convoca. Lo que no debemos perder de vista es que lo que verdaderamente le interesa es crear caos y destrucción, y para ello solo necesita a sus activistas de la primera línea, con apoyo de unos narcos, el ELN y las Farc infiltrados, tal y como sucedió en 2021, para paralizar el país, doblegar las instituciones y lograr lo que quiere, que no son las reformas sino lo que llama “la revolución”.

No perdamos de vista que Petro no es un demócrata que respeta la ley y las instituciones. Es un populista del corte de Chávez, pero es más parecido a Maduro pues no le llega a los tobillos al primero y sí se compara mejor con el segundo. Pensar que de verdad quiere esas reformas es irse por las ramas. No podemos olvidar que a él, como otros populistas como AMLO y Chávez que también lo dijeron, no le interesa que los ciudadanos salgan de la pobreza pues “se vuelven de derecha”. Les interesa es que sigan pobres y se entreguen a cambio de los mendrugos que les dan desde el gobierno, como los CLAPS con los que Alex Saab se enriqueció en Venezuela, para escasamente sobrevivir.

Ya las centrales obreras arrancaron y convocan a un paro nacional indefinido supuestamente por la caída de las reformas, pero en su comunicado recuerdan el estallido “social” de 2019 y de 2021 que hizo elegir a Petro. Ni siquiera esconden que son parte de su agenda violenta. Y la congresista del Pacto Histórico Susana Boreal, en un debate en el Congreso, justificó el bloqueo de las principales vías del país. ¿Quieren más? Lo hay.

Los indígenas, en especial las dos organizaciones que financia Petro con cientos de miles de millones, el Cric y la ONIC, se sumaron al paro nacional para que les sigan regalando esos recursos. Petro compra ese apoyo y lo paga. Vienen más de 250 chivas hacia Bogotá para llegar el 18 y armar todo el caos posible. Esto apenas es el comienzo.

La pregunta es: ¿vamos a permitir que nos repitan lo del 19 o el 21? Y si comienzan a bloquear ciudades, ya sabemos que se necesitan pocos. ¿Vamos a dejar que el país caiga otra vez en ese caos, con una diferencia, el máximo jefe de las Fuerzas Armadas apoya estos paros y es muy probable que les diga: “déjenlos parar y déjenlos bloquear, no importa el costo”? No olviden “eso lo hace el pueblo”, que, en este caso, son esos pocos que, apoyados por violentos, quieren doblegar a un país, con el liderazgo y apoyo nada más ni nada menos que del presidente.

El próximo 18 comienza otra vez el incendio del país por cuenta del ego de Petro. Ya sabemos que las organizaciones sindicales mueven pocos y que esas 250 chivas con indígenas tienen dos objetivos: primero, intimidar y, segundo, tratar de mostrar algo de masa. Falta la suma de las organizaciones criminales, que, no me cabe duda, van a aparecer en donde antes lo hicieron. No es sino volver a 2021 para saber cómo se va a desarrollar este ataque a la democracia en una guerra asimétrica que se trata de legitimar con un supuesto apoyo a unas reformas que el Congreso no aprobó.

Por cierto, cuando algo similar sucedió y Petro era congresista, pidió respetar las decisiones del Congreso. Obviamente, la coherencia no es una de las características del presidente, que, con absoluto descaro, cambia de opinión cuando le sirve, aunque este caso es distinto, pues al final lo que Petro quiere es que en un país que él incendia se den las condiciones donde él se pueda quedar.

La pregunta es: ¿qué vamos a hacer? Preparémonos para defender la democracia y la libertad.

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