Política
El ELN pone en jaque al petrismo rumbo a las elecciones de 2026: cerca de 100 muertos en el Catatumbo confirman el fracaso de la paz total
El mandatario colombiano arrancó su administración con una solución ambiciosa para uno de los problemas más complejos en la historia del país.
“A los tres meses de ser presidente, se acaba el ELN en Colombia”, dijo el entonces senador Gustavo Petro en marzo de 2021, cuando aspiraba a la Presidencia de la República de cara a las elecciones de 2022. Casi cuatro años después, ejerciendo como mandatario, la guerrilla tiene al país bajo el anuncio de una declaratoria de conmoción interior y estado de emergencia económica por una crisis de orden público en el Catatumbo.
En el departamento de Norte de Santander, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc provocaron la peor escalada de violencia que ha vivido la zona en años. Hasta el momento, la situación cobra las vidas de cerca de 100 personas y más de 10.000 han tenido que huir de sus territorios.
El presidente, sin otra opción en vista a los despliegues violentos de la guerrilla, suspendió los diálogos. La prudencia ante los reiterativos incumplimientos del ELN se esfumó, dando paso a duras críticas contra ellos en redes sociales, donde reconoce que no tienen voluntad de paz.
“El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá. Nosotros, el Gobierno, estamos al lado del pueblo”, escribió Petro en X.
Lo más leído
El fracaso de los intentos de paz con el ELN, que no es nada diferente a lo que se ha visto en gobiernos anteriores, es más estrepitoso bajo una administración que prometió tener la fórmula para acabarlas de raíz.
Petro inició su gobierno con varias propuestas sobre la mesa, pero centró buena parte de sus energías en idear una manera de sentar a todos los grupos guerrilleros y criminales del país en mesas de negociación con el Gobierno, con el fin de pactar una desmovilización.
Logró sentarse con el Estado Mayor Central de las Farc, la Segunda Marquetalia, el Clan del Golfo y el ELN, pero los problemas de orden público parecen empeorar conforme avanza la política de paz total.
La paz comienza a ser una promesa incumplida de un gobierno que no pudo sacar adelante procesos exprés, tal como en algún momento lo prometió Petro en campaña. La expansión territorial de los grupos armados afecta a zonas que años atrás habían dado por terminada su participación en el conflicto, y crímenes como la extorsión, que según el Ministerio de Defensa tuvo un aumento del 18 % en 2024, vuelven a ser noticia.
Por ejemplo, el asesinato de líderes sociales no da tregua, pese a que existe una leve disminución. En 2024 mataron a 173 personas que ejercen este tipo de rol en las comunidades.
Seguramente, los electores le cobrarán al petrismo el fracaso de la paz total en las elecciones presidenciales y de Congreso de 2026.
El ELN pasó de ser un aliado de una de las políticas más ambiciosas y grandilocuentes del Gobierno a ser el verdugo del petrismo, que deberá cargar con los cerca de 100 muertos de la crisis del Catatumbo, así como las vidas cobradas, los menores reclutados y las familias desplazadas en dos años y medio de gobierno.