
Camarera haciendo una peineta a sus clientes
Eude cenó en Karen's Diner, la hamburguesería en la que pagas para que te insulten: "Te tiran la factura y beben de tu vaso"
Durante su estancia en Irlanda, Eude almorzó en el famoso restaurante Karen's Diner, conocido por insultar a sus clientes de forma deliberada,
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"Rata inmunda", "animal rastrero", "escoria de la vida", "adefesio mal hecho"… poesía moderna. La difunta cantante Paquita la del Barrio se vaciaba los pulmones insultando a cientos de espectadores en sus conciertos, que aplaudían conmovidos con su arrogancia. Ser el blanco de los insultos de Paquita, un privilegio por el que muchos estaban dispuestos a pagar. El masoquismo verbal es un hecho, y hoy una cadena de restaurantes triunfa en países de habla inglesa insultando a sus comensales.
Se trata de Karen's Diner, una hamburguesería que no sólo calienta la comida, sino también a sus clientes. Su lema: hamburguesas increíbles, servicio muy desagradable. Sus empleados deben seguir a rajatabla unas directrices de comportamiento muy claras: ser lo más indeseables posibles, ya sea de forma deliberada o natural.
La única excepción, no propasarse con insultos que podrían constituir delitos de odio, como agresiones racistas, sexistas y homófobas. De igual forma, las agresiones sexuales, como es de esperar, tampoco están permitidas. Con estas cartas sobre la mesa los camareros pueden desplegar todo su arsenal de improperios sobre los clientes.
En la jerga popular de los países de habla inglesa, una Karen es un estereotipo de señora arrogante que suele dar la nota en público o montar espectáculos por banalidades, como gritar en un restaurante porque no le dan sobres de ketchup. Esto ha dado lugar a miles de memes en internet, que han sido la cuna de lo que hoy es Karen's Diner.
Suele decirse que en los países donde no se asoma el sol la gente suele ser más desagradable. Tal vez sea la razón por la que la cadena australiana se haya expandido únicamente en Reino Unido e Irlanda.
No obstante, algunos españoles han tenido el placer, si es que se le puede llamar así, de ser insultados en el Karen's Diner. Es el caso de Eude, madrileña que, durante su estancia en Dublín, tuvo una cena de empresa algo cruda en el local, y no precisamente por la cocción de la carne. Eude no salía de su asombro, y decidió publicar un vídeo en su perfil de TikTok @eudeision narrando su experiencia.
"Sólo una persona sabía que el restaurante era así, el resto no sabíamos nada, nos llevaron allí por las risas", comenta Eude. Más tarde, tanto ella como sus compañeros se sorprendieron con el trato de los camareros. "Cuando pedíamos a los camareros que nos tomaran nota nos decían ¡tómatela tú! y te tiraban el cuaderno". El momento de pedir la cuenta también era todo un reto: "Cuando pedías la factura, prácticamente te la tiraban a la cara". Eude también recuerda que incluso los camareros de vez en cuando bebían de los vasos de los clientes. Si el programa Pesadilla en la Cocina se desplazase allí, Chicote podría correr el riesgo de desmayarse.
El menú ronda alrededor de los 25 euros, y, según Eude "tampoco era nada del otro mundo". Eso sí, los insultos y vejaciones no tienen precio. Es completamente común que cuando alguien pida una hamburguesa del menú el camarero responda: "¡Pero no te da vergüenza pedirte esta mierda!". También se suelen compinchar con los clientes para obtener información comprometida de alguno de sus acompañantes y gritarlo a viva voz por el local. Otra de sus prácticas más sorprendentes es ponerles un gorro en la cabeza a los niños rotulado con las palabras:"Condón roto".
La tensión era tan realista que Eude piensa que detrás de la careta del personaje del camarero no se encuentran actores, sino personas que buscan desahogarse: "Alguno seguro que no necesita fingir". Un restaurante con un clima y carácter particulares, similar a los polémicos vídeos de Borja Escalona. Precisamente la tensión es la barrera a superar para los camareros actores, que en ocasiones se enfrentan a la problemática de que algunos clientes no saben que están fingiendo.
Así lo cuenta Lluís, un antiguo camarero español del Karen's Diner en un vídeo del youtuber Fortfast. Un señor mayor preguntó: ¿Esto de la carta qué es? y Lluís procedió a responderle: "¡Es comida, viejo!". El anciano se escandalizó y se fue del restaurante, dejando estupefacto a Lluís, que preguntó a sus compañeros: "¿Pero alguien le ha dicho a este abuelo de qué va la cosa?"
Tal y como parecía, el señor, víctima de su inocencia, desconocía las políticas del restaurante. El proceso de selección de Lluís también fue algo particular. Tal y como explica Lluís en el vídeo, este decidió escribirles por correo insultándoles con su mejor repertorio, lo que maravilló a la empresa, que decidió contratarle.
Los lugares hispanohablantes son un portento en el campo del insulto, países como España o Argentina hacen de las groserías un arte, incluso un deporte nacional. ¿Podría triunfar este modelo de negocio en países latinos? Eude lo tiene claro: "Veo complicado que este tipo de negocios en España funcionen sin que muera alguien en el intento".