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Estudio revela que observar imágenes de la naturaleza puede ayudar a reducir la percepción de dolor
“Nuestros hallazgos sugieren que el efecto analgésico de la naturaleza es real, aunque el efecto que encontramos fue aproximadamente la mitad del de los analgésicos”, indicó Steininger.

Cuando una persona siente estrés o se encuentra enfermo, una de las recomendaciones que es que tome unas vacaciones y disfrute de las maravillas de la naturaleza.
Muchos expertos consideran que la brisa, el sonido del mar, los días soleados y los hermosos paisajes de la naturaleza tienen un poder que ayuda a relajar a las personas. Incluso, se dice que trabajar en un espacio con vista a un jardín tiende a mejorar el ánimo, en contraste con aquellas personas que están en una oficina sin ventanas.
Max Steininger, estudiante de doctorado de la Universidad de Viena, expresó que en la actualidad existen muchos estudios que hablan sobre el poder de la naturaleza y su relación con el dolor, pero indicó que “las razones subyacentes de este efecto no estaban claras”.

Steininger y su grupo de investigación realizó un estudio en el que logró determinar que “la exposición a la naturaleza induce efectos analgésicos al actuar sobre el procesamiento neuronal relacionado con la nocicepción”.
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El experto habló sobre su estudio que fue publicado en la revista Nature Communications
“Nuestro estudio es el primero en aportar evidencia, a partir de exploraciones cerebrales, de que esto no es simplemente un efecto placebo (impulsado por las creencias y expectativas de las personas de que la naturaleza es buena para ellas), sino que el cerebro reacciona menos a la información sobre de dónde proviene el dolor y qué tan intenso se siente”, indicó Steininger, investigador principal del estudio.
Steininger indicó que este estudio consistió en el monitoreo de la actividad cerebral de 49 voluntarios mediante una resonancia magnética funcional. A las personas que participaron de este experimento se les asignó la tarea de observar una serie de imágenes mientras recibían descargas eléctricas en el dorso de la mano izquierda.
Las primeras imágenes mostraban una típica escena de la naturaleza, un lago rodeado por un bosque; en el fondo sonaba el ruido del viento, las hojas y el canto de los pajaros.
La segunda secuencia de imágenes mostraban un entorno más urbano, con edificios y el ruido del tráfico. Una tercera secuencia mostraba fotos de una oficina y con el ruido de una extenuante jornada laboral.
Lo que este experimento, conocido como Naranja Mecánica, arrojó fue que los voluntarios reportaron sentir menos dolor de los toques cuando observaban las imágenes de la naturaleza.
Las imágenes de fMR contaron con datos científicos, lo que ya se presumía con anterioridad. Por ejemplo, las fotos de la naturaleza provocaron una disminución de la actividad en la nocicepción, un proceso en el cual el sistema servicio detecta y responde a estímulos dañinos, como el dolor. El poder disminuir esa actividad por medio de unas simples fotos fue muy revelador.
“Este estudio destaca cómo los encuentros virtuales pueden brindar el potencial curativo de la naturaleza a las personas cuando no pueden salir”, indicó Alex Smalley, investigador de la Universidad de Exeter y coautor del estudio.

“Pero esperamos que nuestros resultados también sirvan como evidencia renovada de la importancia de proteger entornos naturales saludables y funcionales, animando a las personas a pasar tiempo en la naturaleza para el beneficio tanto del planeta como de las personas”, agregó.
A pesar de que estas imágenes de la naturaleza le brindaron a los voluntarios una distracción de la sensación de dolor, hay que resaltar que otras áreas del cerebro relacionadas con la regulación del dolor no se vieron afectadas de ninguna manera.
“Nuestros hallazgos sugieren que el efecto analgésico de la naturaleza es real, aunque el efecto que encontramos fue aproximadamente la mitad del de los analgésicos”, indicó Steininger.
“Las personas con dolor deben, sin duda, seguir tomando cualquier medicamento que les hayan recetado. Pero esperamos que en el futuro se puedan utilizar formas alternativas de aliviar el dolor, como la experiencia en la naturaleza, para ayudar a mejorar el manejo del dolor”, añadió el doctorando.