Tecnología
“¡Hola! Soy yo de nuevo”: descubren una estrategia para estafar a través de solicitudes de amistad
Una frase común se ha convertido en el inicio de una nueva modalidad de engaño en redes sociales.


Las plataformas sociales, tan útiles para conectar con amigos y familiares, también se han convertido en un terreno fértil para quienes buscan engañar y robar a través de la pantalla.
Las estrategias que emplean los cibercriminales no siempre implican enlaces maliciosos ni archivos infectados; a veces, basta con una simple conversación para iniciar una estafa.
Un nuevo tipo de engaño ha captado la atención de expertos en ciberseguridad: las solicitudes de contacto que esconden intenciones fraudulentas.
La trampa comienza con un “Hola” familiar
Uno de los métodos más recientes detectados por la agencia de ciberseguridad Kaspersky consiste en hacerse pasar por personas del entorno cercano de la víctima.
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Frases como “¡Hola! Soy yo de nuevo. Tengo un nuevo número de teléfono” o “¿Hablo con Ana? ¿No? ¡Oh, lo siento! He marcado mal el número. Por cierto, ¿cómo va todo?” son el punto de partida para establecer una conversación que puede derivar en solicitudes de dinero, datos personales o acceso a cuentas.
La compañía de ciberseguridad advierte que muchos de estos mensajes provienen de perfiles que imitan nombres, fotos y formas de hablar de conocidos, colegas o incluso superiores en el trabajo.
Una vez se establece confianza, los estafadores pueden pedir transferencias, favores económicos o enviar enlaces que comprometen la seguridad del dispositivo.
Detectar la suplantación: cómo identificar un contacto falso
Cuando se recibe una solicitud de amistad o un mensaje de una persona supuestamente familiar, lo primero que debe hacerse es verificar la autenticidad del contacto.
Una conversación sin historial previo o cambios de número inesperados deben levantar sospechas.

Ante este tipo de situaciones, Kaspersky sugiere hacer preguntas que solo la persona real podría responder. Por ejemplo, un recuerdo compartido o un dato específico. Además, es recomendable confirmar por otros medios si esa persona realmente intentó contactarse: puede ser mediante una llamada, un mensaje en otra red social o un correo institucional.
Puntos clave para no caer en la trampa
Entre las recomendaciones para protegerse de este tipo de fraudes, destacan:
- No aceptar solicitudes de amistad de perfiles desconocidos o sospechosos.
- Desconfiar de mensajes que llegan sin contexto o con errores típicos de traducción automática.
- Evitar compartir información sensible, incluso si quien la pide parece de confianza.
- Ignorar ofertas llamativas que surgen tras un contacto “equivocado”.
- Usar canales oficiales para verificar la identidad de quienes dicen conocerte.
Las redes sociales, aunque diseñadas para acercar a las personas, también son una puerta abierta para los criminales digitales. La mejor defensa sigue siendo la cautela, el sentido crítico y la verificación constante de las identidades detrás de la pantalla.