Tecnología
La secuencia numérica que nunca debe ir en sus contraseñas porque delincuentes pueden hackearlas fácilmente
Las contraseñas son un blanco común para los ciberdelincuentes, principalmente porque representan una de las barreras más simples para proteger el acceso a sistemas.


El hackeo de contraseñas puede representar un grave problema para quienes se ven afectados, ya que no solo pone en riesgo la seguridad digital de la víctima, sino también la de su entorno cercano. El acceso no autorizado a cuentas puede abrir la puerta a una variedad de delitos informáticos, desde el robo de información hasta fraudes y suplantación de identidad.
Es un hecho conocido que la tecnología avanza rápidamente, lo que ha dado lugar al desarrollo de diversos métodos de protección. Hoy en día, los usuarios ya no dependen únicamente de las contraseñas, sino también de tecnologías como el reconocimiento facial, la huella dactilar, entre otras. No obstante, la contraseña sigue siendo una de las opciones más utilizadas, gracias a su practicidad.
Al momento de establecer una contraseña, es fundamental tener en cuenta ciertos patrones para reducir el riesgo de que esta sea hackeada por ciberdelincuentes. Uno de los errores más comunes que cometen muchos usuarios es elegir combinaciones numéricas fácilmente adivinables. Los expertos en ciberseguridad destacan que, para garantizar una contraseña segura, es esencial combinar letras, números y caracteres especiales.

A pesar de la simplicidad de este consejo, uno de los peligros más grandes es el uso de las claves predeterminadas en dispositivos y servicios. Combinaciones como “123456″, “000000″ o las claves de fábrica en equipos como routers, cámaras de seguridad o aplicaciones son extremadamente vulnerables. Estas contraseñas, aunque aparentemente inofensivas, son fácilmente accesibles para los ciberdelincuentes, quienes pueden utilizar una lista de combinaciones comunes para acceder rápidamente a los sistemas.
Lo más leído
Las contraseñas predeterminadas suelen ser básicas y universales. Muchos fabricantes proporcionan claves simples con la intención de que el usuario las modifique por una más segura tras la instalación del dispositivo. Sin embargo, un gran número de personas nunca realiza este cambio, dejando sus dispositivos y cuentas expuestos a posibles ataques.
Los atacantes, conscientes de la existencia de estas contraseñas predeterminadas, pueden ejecutar herramientas automatizadas de ataque, como las de diccionario o fuerza bruta. En un ataque de diccionario, el hacker prueba una lista de contraseñas comunes, entre las que se incluyen las secuencias numéricas predeterminadas. Estos ataques, al estar dirigidos hacia combinaciones predecibles, son mucho más rápidos y efectivos.
Por otro lado, en un ataque de fuerza bruta, se intenta todas las combinaciones posibles de caracteres. Si la contraseña predeterminada es corta o emplea secuencias numéricas fáciles de adivinar, como “12345″ o “000000″, el tiempo necesario para descifrarla se reduce considerablemente.

Además, las contraseñas predeterminadas no solo afectan a dispositivos aislados. Un ejemplo claro de ello es el caso de los routers wifi. Una contraseña simple y predecible puede permitir a los atacantes obtener acceso a la red doméstica, interceptando datos personales, lanzando ataques de denegación de servicio (DDoS), robando ancho de banda o incluso accediendo a otros dispositivos conectados a la misma red.
Por todo lo anterior, es crucial que, al adquirir un nuevo dispositivo o servicio, los usuarios cambien de inmediato la clave predeterminada por una contraseña más segura. Para quienes no estén familiarizados con el proceso, la mayoría de los manuales de usuario y sitios web de los fabricantes ofrecen guías paso a paso para realizar este cambio de manera sencilla.
Finalmente, el uso de gestores de contraseñas se presenta como una herramienta eficaz para generar y almacenar contraseñas robustas y únicas para cada cuenta, evitando el riesgo de recurrir a combinaciones predecibles o repetidas.